Qué hacer en las redes sociales

Investiga un poco para averiguar qué te funciona mejor para limitar el tiempo de pantalla. A algunas personas les gusta tener bloqueado el uso de las redes sociales entre determinadas horas o franjas horarias, mientras que otras prefieren tener límites de tiempo en determinadas aplicaciones. Comprueba la configuración de tu teléfono o descarga un bloqueador de sitios web/aplicaciones. También puedes intentar que te resulte más difícil conectarte en primer lugar eliminando las aplicaciones durante unos días o más. El objetivo es asegurarte de no pasar demasiado tiempo en las redes sociales. Tú decides cómo hacerlo.

Cuando se utilizan las redes sociales, es fácil navegar una y otra vez. Pero es posible romper este ciclo. Decide el motivo por el que te conectas antes de hacerlo. ¿Solo querías compartir una foto o ver qué está haciendo alguien en particular? ¿Necesitas divertirte o enviar un mensaje? Haz lo que tengas que hacer y cierra la sesión cuando hayas terminado. Esto es especialmente importante cuando las noticias son malas o de última hora, ya que es fácil empezar a perderse en la navegación.

Las redes sociales están pensadas para ser sociales. Utiliza las plataformas que utilizas para potenciar las amistades que ya tienes. Es una forma estupenda de mantenerte en contacto con amigos que van a otros colegios, compañeros que se han mudado o familiares lejanos.

Hay muchas formas de conectarte en Internet sobre temas que te interesan y te preocupan. Compartir tus experiencias e intereses de forma positiva puede propiciar conexiones saludables. Solo ten cuidado con las secciones de comentarios que son más discusiones que conversaciones.

Tal vez recuerdes algunas cuentas, como las que publican imágenes que te incomodan o promueven dietas extremas. Pero esto puede extenderse incluso a influencers que desencadenan pensamientos de autocomparación, un viejo amigo o un ex. Silenciar a los usuarios o grupos que publican contenidos que te molestan es una gran opción si no quieres dejar de seguirlos, y ellos ni siquiera lo sabrán.

Al igual que las redes sociales pueden tener contenidos negativos, también los hay buenos. Busca cuentas que publiquen cosas que te hagan sentir bien: videos divertidos de animales, buenas noticias, memes o incluso bonitas fotos de la naturaleza.

Por muy perfecta que parezca la vida de alguien, todo el mundo tiene inseguridades, retos y días malos, pero no lo publican. No es justo comparar toda tu vida con las partes que otra persona publica en Instagram.

Hay mucha desinformación en las redes sociales, desde rumores hasta noticias incorrectas, y pueden propagarse rápidamente. Es importante ser consciente de quién comparte la información y de dónde la ha obtenido. Comprueba los hechos si algo parece demasiado bueno para ser verdad o crees que no lo es.

Una vez que algo se publica en Internet, está ahí para siempre, y podría aparecer cuando tú (o tus padres) busquen tu nombre en Google. Algo que publiques hoy podría ser encontrado años después: por tu familia, una pareja o la persona que te contrate para el trabajo que realmente quieres. Aunque compartas cosas en privado, es posible que la persona con la que lo haces no respete tus deseos de mantener las cosas entre los dos.

Es bastante habitual interactuar con gente que no conoces en Internet, y mucha gente hace nuevas conexiones y amistades en las redes sociales. Pero estar detrás de una pantalla también puede facilitar que alguien se haga pasar por otra persona o se aproveche de ti. Si te sientes raro con un desconocido en Internet, lo mejor que puedes hacer es bloquearlo.

Si algo en las redes sociales le parece sospechoso, incómodo o potencialmente dañino, confía en tus instintos y tómalo seriamente. Evita interactuar con el contenido o la persona implicada. Si te involucras más, la situación puede agravarse o ponerte en peligro. Informa a una persona de confianza sobre cualquier amenaza de violencia contra ti, un compañero o cualquier otra persona.

Si no sabes qué hacer en una situación, busca a un adulto en quien confíes, como un padre, tutor, maestro, entrenador, orientador escolar u otro adulto responsable en tu vida. Elige a alguien accesible, comprensivo y que te apoye. Puede resultar vergonzoso hablar de la situación, pero sé sincero y directo sobre el problema que tienes, incluso si empezó porque compartiste algo que probablemente no deberías haber compartido. Explica cómo te está afectando. Si tienes capturas de pantalla, mensajes o cualquier otra prueba, compártelas con el adulto para ayudarlo a comprender mejor la situación y saber qué hacer.

Muchas plataformas de redes sociales disponen de mecanismos para denunciar contenidos o comportamientos inadecuados. Si ves algo que te molesta, denuncia o marca al usuario o el contenido. Lo más probable es que, si una publicación te parece inquietante, otros hayan pensado lo mismo.